Frase en un cuaderno viejo

Cuando se acerca fin de año, me gusta hurgar en cosas viejas. Esta vez me dieron ganas de releer mis cuadernos. Soy de tomar muchas notas, de escribir ideas, cosas que escucho, que leo, que pienso. Y sí, también listas de pendientes. Tengo mi pila de cuadernos históricos y me zambullí de lleno. Perdí noción del tiempo.

Más tarde el reloj me dijo que fueron cuatro horas de tratar de descifrar mi propia letra, de sorprenderme con cosas que yo mismo escribí, de no entender lo que quise decir, de recordar cosas que ya no estaban accesibles en mi memoria, de reconocer semillas de proyectos años antes de que esos proyectos empezaran a hacerse realidad, otras semillas que nunca germinaron, de reírme, de sorprenderme, de reconocer la cantidad de cosas que viví y de personas con las que construimos sueños y puentes.

De todas las cosas que releí en mis cuadernos, hay una frase que me pegó, que me dejó pensando y me dieron ganas de compartirla con mis amigos. Una frase que es muy cortita y que captura algo que siento fuerte. Dice así:

Con cada cosa que hago en la vida voy juntando las piezas de un rompecabezas que todavía no vislumbro.

No sé de dónde salió esta frase. Estaba en un cuaderno después de las notas de una reunión y antes de un to-do list. No sé si la leí, la escuché o la pensé. No anoté la fuente. Intenté googlearla pero no la encontré. Si te suena y sabés de dónde pudo haber venido o si me la dijiste vos, por favor avisame, así doy el crédito que corresponde.

¿Qué piezas tenés en tu colección? ¿Ya construiste tu rompecabezas?

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