Más de 6000 conversaciones

Algo está por pasar

Últimamente estoy un poco obsesionado con las conversaciones. Me convencí de que aprender a conversar bien y tener buenas conversaciones son de las mejores cosas que podemos hacer para seguir aprendiendo durante toda la vida, para profundizar nuestros vínculos y para crear cosas nuevas.

Pero siento que no somos buenos conversando (no me refiero a vos, hablo de todos los demás) y que no tenemos muchas de esas conversaciones que nos mejoran la vida.

Me interesan especialmente las conversaciones en las que el objetivo es construir algo nuevo entre las personas que conversan. No son las conversaciones-guerra, en las que el objetivo es ganar, tener razón, destruir a la otra persona, lucirse, gritar más fuerte. Son las conversaciones-baile, en las que queremos aprender, disfrutar, crear algo que ninguno de los participantes podría haber hecho sin las otras personas, hacer que los otros brillen.

Son las conversaciones que intento hacer en Aprender de Grandes, cuando me siento con las personas que admiro y hablamos y escuchamos sin interrupción, sin límite de tiempo, con el principal objetivo de conocernos, aprender y salir de la conversación enriquecidos, con la sensación de que nuestra vida se ensanchó un poquito. Acá y acá intenté sintetizar algunas cosas que aprendí intentando conversar así.

Ya conversé con 114 personas en Aprender de Grandes. Con varias de ellas, más de una vez. Y me acabo de dar cuenta del potencial de ponerlos a conversar entre sí, de ser parte de esa conversación, de ayudar a que la danza que surja sea bella.

Como me gusta hacer cuando surgen nuevas ideas, decidí experimentar. El jueves pasado nos juntamos a charlar con Alberto Rojo, como hacemos cada vez que está en Buenos Aires. Como amo la comida de Ximi Sáenz, le dije a Alberto de encontrarnos a almorzar en Casa Sáenz, el restaurant de Ximi. Y ahí se me ocurrió la idea. Le pregunté a Ximi si se copaba en compartir la sobremesa con nosotros. Obvio, me dijo. Y creo que después puso varios emojis.

En preparación para esa sobremesa, les sugería a Ximi y a Alberto que volvieran a escuchar los episodios del otro (acá están: Ximi, Alberto). Y eso hicieron. La magia empezó a suceder cuando Ximi nos ayudó a elegir qué comer. Después de terminar un almuerzo memorable con Alberto, Ximi se sentó con nosotros y compartimos un postre y la sobremesa. Perdí noción del tiempo. Después hicimos cuentas y en total estuvimos ahí sentados, conversando, unas tres horas.

No lo grabamos. Más abajo en este email te contamos con Alberto y Ximi algunos de los temas de los que hablamos.

Te quiero contar un sueño y quiero pedirte ayuda. Quiero facilitar conversaciones entre personas con las que grabé episodios de Aprender de Grandes. Por ahora, de a dos personas por vez. Y las quiero grabar para que estén disponibles para todo el mundo. Y quizá las haga con audiencia presencial, en vivo, para que también los que estén ahí puedan ser parte de la conversación.

Tengo la sospecha de que esas conversaciones van a ser más interesantes cuanto más diferentes sean esas dos personas con las que vamos a conversar (Ximi es cocinera y Alberto es científico y artista). Pero como son muchas las combinaciones, necesito de tu ayuda e inspiración para elegir con qué parejas empezar. ¿A qué dos personas (de las que pasaron por Aprender de Grandes) querrías escuchar conversar? Podés contarme dejando un comentario público en este post de Instagram o si preferís responder por privado, hacé click acá (ahí te recuerdo quiénes pasaron por Aprender de Grandes, para que te sea más fácil elegir a las parejas pero con un spoiler alert: la lista incluye a las personas de los próximos episodios que vamos a publicar).

No sé a dónde nos va a llevar esto, pero tengo un nudo en la panza. Y eso suele ser una buena señal. Algo está por pasar.


Una digresión matemática con implicancias en la finitud de la vida

Cuando pensé en armar parejas de invitados de Aprender de Grandes para tener conversaciones, mi primera tentación fue la de armar todas las parejas posibles y tener todas esas conversaciones. Pero ahí me acordé de lo que podemos llamar la explosión combinatoria. Y me asaltó la duda de si me va alcanzar toda la vida para hacer esto. Hagamos las cuentas.

Queremos saber cuántas parejas se pueden armar con las 114 personas con las que ya grabamos episodios. En general, si tenemos N personas y queremos saber cuántas formas hay de armar grupos de a dos, tenemos que hacer lo siguiente. Primero elegimos a la primera persona de la pareja. Tenemos N maneras de hacerlo. Un vez que tenemos a la primera persona, tenemos que elegir a la segunda. Y para eso ya no tenemos N opciones, porque una de las personas ya fue seleccionada. Nos quedan N-1 personas para elegir. Para saber entonces cuántas parejas podemos formar, tenemos que multiplicar N por N-1. Pero ahí nos damos cuenta de que a cada pareja la estaríamos contando dos veces: una vez cuando seleccionamos primero a una de las personas de la pareja y otra vez cuando seleccionamos primero al otro integrante de esa pareja. Entonces para no contar a cada pareja dos veces, dividimos el resultado por dos. Y listo y el pollo. La cantidad de parejas es N multiplicado por N-1 y dividido por 2, es decir N*(N-1)/2. Si me seguiste hasta acá, tenés aprobada la materia de combinatoria de la facu.

Nuestro N es 114. Así que hagamos la cuenta (pelá calculadora, si querés). 114*(114-1)/2 = 6441. ¡Podemos hacer más de seis mil parejas con invitados de Aprender de Grandes!

Si los grabamos para hacer un episodio con cada pareja y los publicamos cada dos semanas, como venimos haciendo con los episodios tradicionales, para hacer todos los episodios necesitaríamos 247 años (y medio). Soy optimista respecto al aumento de la expectativa de vida, pero no tanto.

Si decido dedicarme a esto y dejar todo lo demás, podría llegar a tener una de estas conversaciones por día, digamos de lunes a viernes. Así podría tener todas las conversaciones en solamente 25 años, si no me tomo vacaciones.

No me da la vida, parece, para tener todas las conversaciones, así que nuevamente necesito de tu ayuda para ver por cuáles empezamos. Decime a quiénes querrías escuchar conversar. Podés hacerlo de manera pública acá y de manera privada acá. ¡Gracias!


De estas cosas conversamos con Ximi y Alberto

No grabamos la conversación y no tomamos notas, pero a los tres nos quedaron dando vueltas en la mente muchos de los temas que conversamos. Les pedí a Alberto y Ximi que me mandaran videos con algunas de las cosas que se quedaron pensando. Acá están.

También conversamos sobre los paralelos entre la música, el dibujo y la cocina; entre las ciencias y las artes. Sobre lo sagrado de hacer lo que hacemos con atención plena. Sobre la cocina tucumana, sobre el placer de conversar y sobre muchos otros temas.

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